Bebo sorbos de cielo
de tus labios entreabiertos,
desconocidos.
Imágenes alteradas
en el aire enrarecido
denso de la espera tuya,
protegido entre luces alucinadas.
En mis ojos sorprendidos
se dilatan sonidos
seductores
vuelos inesperados
más allá de intensos confines.
Huella caliente,
rojo contra negro,
oscilaciones sinuosas
en el juego de los respiros
que nos unen
en un ritmo sumiso
vagaroso
que se difunde
y confunde racionales defensas
detrás de puertas cerradas.
Envuelves con las manos
truncando de miradas
husmeando
imponiendo contornos
vaciando y colmando
la fantasía ocultada.
Turbas como sueño
en una noche de vela
acalorada
cuando sale el perfume
de invisibles flores,
descuidado de la oscuridad
empapada de rocío
desnuda bajo el silencio.
Y me pierdo
y te encuentro
y te recojo
como la nube los relámpagos.
dulcemente violento
se calma la turbación
en un vibrar lento
y es onda profunda
que muere en la garganta
en un suspiro.