¿Me quieres?
¿de verdad?
quieres que mi lengua cada,
hora,
en tu boca,
¡cógela!
tu aliento es cálido.
Y esta la gana.
La gana esta húmeda
y dobla tu cuerpo.
Cada poro
de tu piel
esta accesible,
franqueado,
como tu boca,
como tu caverna.
Te cojo
como si te arrollara un tren en marcha
tu pubis ya ha iniciado
un lento
cadencioso movimiento.
Hay espacio para salir.
Aferro tus cabellos
con fuerza y
monto
guio esta carrera
ahora ya lanzada.
Mis manos
aprietan las riendas del placer
que se mueve ágil
entre todas las luces encendidas.
Los vecinos deberán de llenar de cera las orejas,
porque tu gritos
son voz de
ávida sirena y yo,
estoy ya loco,
enlazado a ti
y a tu irresistible canto.
Pero el juego se ha alterado
yo soy fuerte comandante
mientras tu
no me resistes.
Una,
diez,
veinte veces caes,
resbalas,
bañada,
y te pierdes
entre los gloriosas cavidades
desveladas de mi cuerpo.
Solo nuestros respiros
son víctimas de la inercia.
Mientras tu
toda
estas finalmente clavada
de la potencia de mis ojos
que
despacio
recogen
tiernamente
los tuyos
aún perdidos.
Y trozos dispersos
tuyos.