En la habitación ya en penumbra que de incienso esta perfumada
permanezco sobre el mórbido lecho esperándote mi amada
nuestra música resuena como caliente onda de mar
mientras espero ya tembloroso que te desnudes y hagamos el amor.
Mis manos en tu cuerpo acariciar la parte ámbito,
y los labios que saborean allí donde ha inicio la vida
mi pecho roza el tuyo y recomienza la faena,
y los besos apasionados que completan la escena.
Dulce amor. dulce bien dulce ángel de sueño,
como es bello saborearte mi corazón lo necesita,
tu cuerpo desnudo en la oscuridad parece casi de terciopelo,
y me emerjo en la carne deseo absoluto.
Solo contigo reencuentro el éxtasis de paradisíaco amor,
busco dentro tu carne que enciende mi calor
y te aprieto fuerte, fuerte casi a hacerte mal
después acaricio tus gotas en esta atmósfera surreal.
Cuando al fin llega el ápice que nos lleva al goce
están vacíos nuestros cuerpos quedan allí expuestos al viento,
que baña tu piel de coral y de rubís,
y mirándote me siento como volverme niño.
Hacer el amor contigo querida mía es un perfecto goce,
porque todo es rodeado con un gran sentimiento
que nos hace fuerte el alma y nos induce en el futuro
a repetir la experiencia, amándonos de seguro.
Nota: Ando muy jodido de una cadera, pero eso no impide que la imaginación vuele… y los recuerdos acudan a la mente…
Dedico esta poesía a todas las mujeres y en especial a aquellas que me hicieron y hacen gozar mucho.
Te amo mujer…!!! Greg.