Quédate aquí esta noche
ya no están las estrellas
para iluminar tu camino.
Quédate un solo instante
no sientes el cante
de las sirenas
Aterciopelada tu piel
brama
entona antiguas melodías
para encantar un corazón solitario.
Cojéeme… y será amor
lo comprenderás de mi sabor
caliente será tu seno
de pezones de salvaje mora…
para acariciar…
Beberé en la fuente
de tu deseo
cogiéndote el placer
Jadearemos cerrando los ojos
te quiero saborear en la oscuridad
de esta locura.
Lluvia de verano
descenderá sobre mi espalda
al danzar encima de ti suave.
¡Bésame y sácame el respiro!
Entre tus carnes solidas
envolviéndome como hiedra
me nutriré del néctar tuyo.
Seré aquel escalofrío
que te atropella
seré aquel instante
que te conmociona.
Se parara también el tiempo
para que tu tierna amante
puedas restar para siempre
¡Entre mis brazos finalmente!