¡Oh!.. luz de mi Venus
celada más allá del sol que da su resplandor
indícame el camino celado
donde poder meter mi corazón a reparo.
Que sea un ángel nacido en el infierno
o un diablo vivido en el paraíso
no cesa mi gana como el agua del invierno,
de admirarla y amarla por una sola de sus sonrisas.
Mis labios sobre los suyos quisiera bañar
mi cuerpo con el suyo quisiera calentar
y mi corazón en sus manos quisiera entregar.
Jamás manos tocaron…
jamás lenguas saborearon…
jamás ojos se dieron cuenta ávidos…
pero pensamientos húmedos...
recuerdos impúdicos…
y manos suplentes
y palabras persuasivas
y perlas en la frente
y masas en el corazón
que se rompen en arena
que se hace playa
donde los pies se hunden
y las manos juegan…
he aprendido a construir castillos…
y ha romperlos antes de la onda…
solo con mis manos….