Entre mis brazos te abres,
sobre tus caderas blandas me pierdo.
El sabor ardiente
de tus labios túmidos
con el gusto de sal,
me llena.
Una armonía derrite el hielo,
deseo el cuerpo que vibra con fervor,
las manos un acuerdo de sol.
Es todo un escalofrío
este afán de tocar,
de encenderte.
Lleno mi pasión
con un cesto de lánguidos besos
que se derrite como nieve al sol.