En capricho de niña consentida
te quiero junto a mí un solo día
quiero en el lecho compartir tu vida
y confundirla con la vida mía.
El tálamo de encuentro de dos seres
Sin antes ni, después.
Nubes fastidiosas
cubrían de sombra, la tímida luna
que velaba, con amor
el sueño sereno de una niña que
se confundía con la vida mía
consentida mía me hace feliz día a día.
Quiero sentir en mí tu piel, la tuya entera
en un cuarto de hotel junto a la playa.
Como en cuento infantil construiremos,
un barco de papel. En el navegaremos.
Seré la prisionera de un pirata feliz,
la vida entera.
En un cuarto entre mórbidos trinos
gotas rosadas se acoplaban
como plumas que besaban el aire
cautivado de tu lozanía pirata fui
navegando por tus mares
bajo un cielo de estrellas.
Quiero eso, saber de ti. Tus manos
escalando colinas, descubriendo senderos
hundiendo dedos en húmedas cavernas.
tus labios besando todo eso
Y más, que guardo para ti.
Quiero absorber la miel de tus sentidos
de tu sudor la hiel, de amor desvanecido.
Estabas allí, la reina de mis sueños
con mis manos escalé tus colinas
en tus senderos me perdí, jubiloso
se nutría la noche de los pensamientos
el corazón caprichoso danzaba
entre imágenes arrolladoras de luz y amor
mi sudor se enlazó con el tuyo y fue miel
Después de hacerte mío, mis senos en tu boca,
erectos los pezones,
te adentres en un vado de círculo rosado
que has descubierto al fin.
Hundido entre mi finca, ara, siembra, riega,
queda por siempre en mí.
un sólo día te quiero para darte mis ansias
y sentir que soy tuya,
Con tus erectos pezones en mi boca
succioné néctar de dioses
adentrándome en tu finca poblada
de sabores y humores
que invitan a su siembra
eres mía tus ganas son las mías
no te daré un día
seré tuyo día tras día.
Salimos a la calle, la bruma nos invade.
Abordamos el auto que en silencio conduces,
¿hacia dónde? No, sé. Me miras y preguntas
que es lo que ahora pienso, y respondo
que, en nada; pero, estaba soñando
en quedarnos bogando en la tina del baño
inundada de besos en un cuarto de hotel,
olvidados del mundo, cruzando siete mares
tu pirata, yo niña en un barco chiquito que hicimos,
escribiendo estos versos, en un blanco papel.
En mi viejo auto, largo como el cuarto del hotel
nos vamos sin rumbo silenciosos
tu cabeza reposa sobre mi hombro
tu mirada melosa pide muchas cosas
apoyo mi mano entre tus piernas, te estremeces
pero abres y la dejas navegar, y cruzamos los siete mares
tu, mi niña consentida yo pirata… inundándote de besos
en un auto grande no de papel, pero grande como un hotel
hicimos el amor en el tálamo del encuentro de dos seres
sin un antes ni un después.
Oh, llévame, bien mío a un cuarto. Al cuarto de un hotel.
Vamos, ven niña consentida. Vamos al hotel.
© Andula Agapimu & Greg D.