Desde aquel día que me has amado
eres mi alba
y de la mañana
la sonrisa.
Y tu intimo mundo,
un prado lozano y florido,
la luz que reflejan tus ojos,
es, el especial esplendor
que emanas del corazón.
Del día
eres la melodía
la haces girar entorno y todo se vuelve
un paraíso,
colmado de alegría y de armonía.
Vengo cansado a la tarde
pero todo me pasa,
inhalo tu perfume
a la par,
de flores maravillosas que orlan
la primavera
Delicioso amor,
tu
eres este fantástico placer,
que tengo en don
de la vida…
¡Te amo…!