nos dejamos capturar por los ojos
ondas salvajes nos atravesaron
en un despertar de sensaciones.
se apoderaba de nuestros cuerpos
hasta confundirnos
hasta
acapararse de cada respiro nuestro.
de tu piel que se apretaba a la mía
eran bocas que se buscaban
dejándonos sin respiro
era un ardor vivido con destructivos escalofríos
que nos recurrían
juntos en una arrolladora gana
que subía… subía…
hasta llegar a aquel placer intenso
que sentíamos siempre más
crecer en nosotros.