Es para ti…
mi boca,
es para ti…
mi lengua,
es para ti…
mi respiro… atado al tuyo… alientos de vida…
nuestras, las noches del mundo,
que nos acogen en la brisa del misterio.
Nuestros, los lechos del mundo,
porque cada lecho de amantes emana nuestros olores,
los perfumes que nos representan,
así como de cada ventana del mundo,
podré oír tus gritos, los gemidos, esos grititos de placer…
Revivir una imagen tuya
agradada a mí,
tus piernas detrás de mi espalda,
que me envuelven, para sentirte mía, aún mía.
Porque esto eres…
mía… mis manos…
apoyadas sobre tu rostro…
y te hablo, te susurro leve al oído,
te cosquilleo la fantasía con frases que se volverán reales.
Todavía antes de ser una cosa sola,
en lo cual todo será nuestro.