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ni tan siquiera él
quiere acariciar
la alma mía en pena,
no quiere perder tiempo
con quien se resigna.
pero hoy la niebla me encadena
no consigo atravesar las zarzas
y defenderme de las espinas que me atormentan
imposible contrarrestar las turbulencias
los sentidos de culpa que me agitan
el vacío que me captura
y los miedos que me torturan,
como hago a aceptar
aquello que el destino ha decidido.
como copos de nieve dentro la tormenta,
día a día
injusticias y desagrados
aprietan las manos con un lazo
destrozan las palabras
y someten el alma…
alma que ya no se rebela
e inútilmente queda en espera
las dudas ahora ya me atormentan
y nadie puede ayudarme
nadie puede comprender.
parece de vivir en un laberinto
donde no existe forma de salir
como un niño inseguro
como un hombre cansado y aburrido.
paz y serenidad están lejanas,
resignado y desilusionado
hacia el abismo me encamino…
una sombra luminosa me llama
me sonríe y me habla:
debes luchar”
y con la voz rota del llanto
inicio el desahogo…
debo luchar por mis ángeles
porque son mis ojos
se vuelven grandes y se ponen las alas
comienzan a colorear sueños y esperanzas
mientras mis cabellos
siempre más blancos
me obligan a un balance.
ahora es imposible…
no me reconozco
me miro al espejo y me odio…
dejadme respirar libre,
pido solo una pausa
el corazón está nauseado
pero no quiere rendirse
siento que late
cuando se emociona
para consolar a quien tiene miedo
cuando se entristece
y no puede secar
las lágrimas de quien sufre
de quien vive bajo tortura
de quien ama la vida
y no la quiere dejar…
¿Este monólogo
sin embargo simple y desentonado
ayudará a el alma mía a no sufrir?
pero en la vida
los verdaderos problemas son otros
y yo
soy solo uno de tantos.
para volver a salir.
Probar no cuesta nada…
buscaré mi lugar
porque amo el día y la noche
amo el sol y la luna.
mis ángeles
carne de mi carne
sangre de mi sangre.