Te besaba con lánguidas caricias
envolviendo el cuerpo caliente agitado
como una gacela sobre la presa
deseoso de ser todo uno
con la amada brisa de olvidos
respirando la sensualidad en volverse
Te besaba la caliente espalda de escalofríos
cálidos y fríos juntos
como un sucederse de éxtasis y tormentos
la boca húmeda de rocío resbalaba
sobre las caderas montañosas el olor del seso
que tenias encima teñían las sabanas
De humores arrolladores
Te besaba entre los muslos y las ingles hervientes
hasta los tobillos sutiles
hasta morderlos intensamente
como si estuviera en ayunas
te tendiste sobre la cama vestida con seductores
ápices de gozos estelares
Te besaba abriendo las piernas nerviosas
chupando los dedos de los pies
masajeando con cura
los puntos del bienestar vital
mirándote con miradas de macho
haciéndote enamorar perdidamente
Te besaba y lamia los pulgares con avidez
mientras estrujabas con maestría
los pezones túrgidos como nunca
las manos resbalaron sobre el pubis en llamas
haciendo sentir solo con la punta
la carnalidad túrgida como mármoles de Carrara
Te agitabas como una anguila tomada al anzuelo
gritabas gemías como una virgen
a su primer coito amoroso
los ritmos apremiaban como un tren de vapor
cada vez más detonante
cada vez más apremiante
Los muelles de la cama traqueaban
haciendo extraños ruidos
superados por los gritos tuyos
cada vez más encendidos
cada vez más altisonantes
hasta despertarse la luna
Gritábamos como tenores en la Escala
inundándote de humores calientes
como lava incandescente
hasta beberla en un santiamén
por luego dejar un poco sobre los senos
qué continuabas masajeando
Como los te amo que te daba hasta el agotamiento.
© Greg D.
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