Azótame, oh casta diva
en el posterior de mis vergüenzas
dejando moratones al hacerme mal
sobre la piel nunca besada por el sol
¡Diabla de los ojos de hielo hirviendo!
Hazme sentirte poseída de la parte
más escondida en las grietas del alma
y haz que no sea nunca sexo
sudados y remirados del amor susurrado
arrollados de la locura desmesurada
Haz que sea solo tuyo, comiendo a fuego
la carne que exuda de pasión
nunca vivida en cien años de soledad
el humilde “cañón” en tus manos
se menea como en un exorcismo extremo
Grito del placer inconmensurable
guturales extraños sonidos ancestrales
mientras lava incandescente desborda
de la cima del volcán en erupción
hasta el valle donde bebes para no dispersar
todo este bien de dios en la tierra
© Greg D
2 comentarios:
Hola Greg. Menos mal que haces una entrada en tu blog . Esta poesia tiene fuerza y riesgo . A ver si te dejas ver por mi blog, que no se te ve ni por asomo.
Un beso .
Ando ocupado me encuentras en blog Grupo guarida Letras, Arte y Peques... gracias por seguirme haré posible tu deseo no más tenga un rato.. besiños.
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