He bajado

He bajado tu tembloroso vientre
recorriendo valles y colinas con férvido hacer.
Llegado a la fuente del inocente manantial
secundado el encanto con predatoria mirada
para luego aquietar la sed en la lindeza del manantial.

He bajado al  perfumadísimo delta
recorriendo alisadas contiguas penínsulas
has alcanzar el extremo promontorio
donde luego chupar el ápice con voluptuosa vehemencia
mientras mi mirada se extasiaba en el encanto

He bajado mi cuerpo sobre la huella tuya
desahogando  lúbrica adherencia
y sigilando  los exudados vestíbulos
mientras mi lascivia penetraba  tu manantial
armonizando la anhelada  fusión

He bajado mi ardiente semen
en el fragor de tu fluyente catarata
culminando  el muto anhelo
de un deseado sello de amor
por luego pago dormirme en el abrazo

He bajado
en la cordillera de un infinito nuestro
amándote

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Quemaremos

Ardemos sumergidos en sincrónico
o por movimientos alternos
impulsivos y ávidos
en el dulce licor
del cual el deseo nuestro tiene sed.

Es sauna liquida
de nuestros sentidos encandecidos
donde lamemos lenguas desatadas
espiando visiones olorosas
siguiendo táctiles huellas
confiándonos la fugaz ansiedad

Y los besos engullen
los labios arrancan
me tienes apretado a ti
y yo te aprieto los senos
el fuego se acerca
peligrosamente.

Todavía quemaremos
saciados.

La rosa

Al comienzo fueron los caprichos de bocas audaces
en el seguirse por pillar y dar besos
luego se elevo un deseo ligero
de la voluntad, heraldo fiable y orgulloso.

Manos golosas, pacientes y crueles
acarician cabellos, desnudan velos,
brotan en si momentos hechos
escalofríos, sobresaltos y espléndidos lamentos.

Lengua sinuosa a probar cerezas duras
se acaloran las virtudes y la libido explota,
sin embargo no apaga de si tal delicia
a la flor más bella, lentamente, con deleite  abriga.

Ahora al leve telón  presente
se pone en obra en un santiamén
y como valiente mosquetero
bate golpes, actos al gozar.

El candente sable vigoroso
desafía a duelo la lasciva rosa
le persigue tenaz el placer
hasta en los antros del ardiente brasero.

Hora ya pace el sumo epilogo
sopla el fuego a saciar la hoguera.
al galope el arriar se hace eminente
del arma la caricia se hace potente.

Los sentidos se rebelan
el estro vira a la mera pasión,
y el caballero fogoso no se rinde
en batalla su honor resplandece.

Al fin, para tomar  aliento, un poco de ronroneo
pero la rosa ahora ya no más ilusa
reclama el tenaz sitiador,
que se reanime  rápido, la aliada amante.

Pero en realidad, su voluntad
quiere afectos de otra actividad,
a enfrentar tal instancia
se hace uso de la arcaica usanza.

Luego sin apagar el rehervir
el acróbata consagra al actuar
sobre el trapecio mece capaz
y esto si, que a la rosa complace.

Dejándome caer en la perdición

Domíname…
con tomas firmes
mientras te meces jadeando
de modo espasmódico.

Embrújame con el filtro
del ardiente placer
mientras caigo en la tentación.

Penétrame con los ojos
perforándome el alma,
tu elixir …
me manda en el éxtasis
de los sentidos
dejándome caer
en la perdición.

Acrecentaré tu sed de amor

Acrecentaré tu sed de amor
sembrando con fuerza mi alma
en la fértil llanura de tu corazón.

Entre mis brazos jadearas ansiosa
después revivirás por la improvisa  llama
que te encenderá las vísceras mas escondidas.

Me inundaras de saliva y sudor
me herirás con aguzadas uñas escarlatas
hasta que largamente tus senos serán sacudidos
de sobresaltos de triunfante tremor.

Te adormecerás  sobre mi pecho
perdida para siempre en el sueño
que te habré  inoculado
brote nuevo
de nuestra breve existencia
inmortal.

Tu mi sed eterna

Blancas colinas
blancas nalgas
en tu gesto
el abandono.
Cuerpo rudo te excavaba
y te hacia brotar del hondo de la tierra.
En ti boquilla entraba
como un canto
en ti irrumpía la noche.

La esencia en los ojos
forjada como arma
como flecha en el arco
como piedra para la honda.

Piel de musgo
leche ávida y quieta
en las copas de los senos
en la rosa del pubis
en tus labios
y también  mi sed
eterna erraba.

Levantando el césped

Déjate ir
allá donde el amor eres tu.

Toma tú mis ojos ahora
y aférralos
a los tuyos

La noche es refugio
es silencio
oscuridad
envuelve y revuelve
cela y desvela
y respira
el aliento  de nuestros cuerpos
y gime
en el viento que mueve apenas las hojas
bajo la mirada muda de las estrellas.

Y luz queda
en tus ojos
en mis ojos
luz de estrellas

Tócame
y queda como en el cielo
acógeme
en el cielo que
ahora tocas

Y enrollados
en el verde prado
embriagados
del perfume de la vida
que explota en el piel

Y crezco dentro
levantando el césped
como si fueses para mi
tierra fértil
y  yo semiente dentro de ti
que germina
de infinita primavera.  

Éxtasis

Remolino de sentidos, provocativos invitados
de nuestras manos,
ojos entrometidos dispuestos a desafiar vergüenza.

El sube y baja de nuestros cuerpos arqueados
en éxtasis  geométrica
nos respiramos  en los flancos hasta encontrar
equilibrio condenado.

Tu seno y mi pecho  a compenetrase,
tus piernas hiedra trepadora en mi espalda,
bebemos néctar de nuestras bocas sedientas.

Al fin volamos a cualquier parte
de cual no tendremos vestigio terrenal.

Después fue el silencio
como en el campo de batalla antiguo
mientras que la ultima espada fue penetrada
en la carne doliente del soldado permanecido.

Pero sobre el terreno no quedaba
la sangre agrumada de los guerreros,
sino los brazos aún calientes de nuestro deseo.

Tu nombre... Amor

Largas piernas enfundadas
en medias de red
las manos rozan los muslos
en tus ojos se reconoce 

La pasión dejar espacio a escalofríos
manos cruzadas hablan en nuestras miradas
de deseo, labios  se rozan suavemente,
el seno de tu ser mujer se acomoda en el tálamo

Besos resbalan sobre el abdomen
mientras susurras mi nombre
tu cuerpo emana calor
se enciende la llama del mágico pudor

el erotismo tu carne corrompe
la tierna gana irrumpe
tu mirada calza la sonrisa de la felicidad
y me abandono sobre tu cuerpo recibiendo hospitalidad

Resbalo en los escalofríos voluptuosos
en los placeres húmedos y lujuriosos
en los juegos de ti más apreciados
entre tus estímulos suspirados

Movimientos instintivos vigorosos
para alcanzar satisfacciones generosas
tu seno glorioso sobresalta
el instante supremo estimula

Hasta que tu cuerpo se contuerce
arqueado de escalofríos toques el ápice
efluvio de encantos  íntimos
al sabor de cítricos

Levantas los ojos más allá de horizontes infinitos
en los pasajes  entre sueños y juegos prohibidos
aprietas entre tus labios palabras
enrocadas en el placer  sutil

Adoro tus manos

Adoro tus manos cuando de mi se impregnan
entre estas filarias de aire en cuales se insinúan
y ventilan el alfa que se asesta.

Quisiera de ti incluso el llanto
con tal que fuese causa el gozo.

De ti remontaría cada arroyo
secaría tus recodos aterciopelados
y tu negra viña.

Por esto adoro mis manos que de ti se empapan
cuando se apoyan tórridas y cansadas
en el limbo de tus pretensiones.

Y eres, amante, la mía transpuesta  entidad de mujer
en este infuso de manos que sudan.

El despertar

El sol se irgue incauto
entre los últimos suspiros de la noche
a suavizar las piernas desnudas y asonantes
mórbidas de sueños ya casi disueltos…

… Te mueves…

Caricias de calor y luz resbalan, suaves
recorriendo valles de olvido y resina
la piel tiembla a mi toque de seda y fuego
mientras entre tus pestañas el sueño se esfuma…

…Me buscas…

Abruptas ondas resplandecientes e inesperadas
se insinúan en tramos aún en sombra
despertando consciencia  y maravilla
en este nuevo día que nos envuelve…

Te amo...

Embriaguez de brisa

Matas de hierba
un prado estimulante
en el mimetizo mi vigor.

¡Perfume de frescor, el tuyo!

El surco es dulce
ligeramente excavado
listo para revolverme junto a el.

¡Como tierra prometida lo beso!

Humores y sabores
se funden en una única esencia.

Escenario montañoso exuberante
tanto de perderse en sus promontorios.

En mi se encienden hogueras ,
el territorio es atrayente
lo exploro palmo a palmo.

Un soplo de brisa da embriaguez,
todo está pronto para la siembra.

El arado ahonda
resbala a casar el surco,
repite su recorrido
y lo hace todavía otra vez y otra vez

feliz de ser huésped grato.

La tierra agradece exhausta
reteniendo en si
precioso semen de amor.

El sueño se renueva,
no antes de una puesta del sol
de dulzura.

Cáliz

                                         

 

Cáliz anhelas con ardor
no deseas irte
quieres quedar en mis brazos
fragancia que invade
placer que regalas
eros entrometido
los  labios tuyos en los míos …

La luna creciente,
el cielo negro aterciopelado
el mar se agita
el respiro reclama
un candor fogoso
parece hablar
¡es pasión
… es erotismo!

Quiero unirme a ti
quiero nutrirme de ti
quiero sentir la gana de tienes
sin ningún velo
solo carne y alma
solo pasión y placer
solo erotismo de fuego…

Volteando entre temblores
bebiste el néctar que sabia a miel
te embriagaste y saciada quedaste
y como la fuente gozas de mi
¡inflamando el cáliz de la pasión!

Greg D.