Del momento que
la pupila negra de tus ojos
viciosa, brillante, resplandeciente
con un deseo ardiente
que no finge de negar
la pasión llamativa,
desapasionadas mis impúdicas caricias
vueltas audacias
en el silente temblar
de tus rodillas,
me arrodillo
y reverente te beso la cuca
© Greg D.
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