La noche fue cálida, despertaba el día. Se estremecía su cuerpo. El amanecer... venía a su encuentro. Sin permiso, sin llamar... Como un intruso, como un espía... Poco a poco, sin avisar... El sol muy despacito, allí se empezó a colar. Entreabrió los ojos, le vio allí tumbado. El mismo a quien antes, ella había amado. Quiso levantarse, pero... no podía. Su cuerpo cansado... se le resistía. Se dejó vencer, llevar y caer. Sumida en un sueño dulce al que volver. intimas fantasías Cogida del brazo, de un amor complejo. Llevada y amada, iba acompañada. Manos enlazadas, susurros, palabras. Respiración agitada... Ropa desordenada. Piel con piel calor envolvente. Beso a beso, despacio, travieso. Boca a boca, humedad caprichosa. Unos labios mojados, carnosos y sonrosados. Besaban su cuerpo... Sin dejar espacios. Suaves movimientos, sin temores, sin sufrimientos. Suaves movimientos, gritos y silencios. Como en una lucha, que no hay que ganar. Con tu contrincante, tienes que jugar. Suenan melodías, músicas lejanas, un fado, unos valses, incluso una nana. Y así lentamente... se vuelve a la calma. Ella despertó, se desperezó. Su amor bostezaba, también despertaba. Suaves movimientos, caricias, sonrisas. Del reciente sueño que ya pasó. Realidad entonces todo se volvió.
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