26 nov 2014

He bajado




He bajado tu tembloroso vientre
recorriendo valles y colinas con férvido hacer.
Llegado a la fuente del inocente manantial
secundado el encanto con predatoria mirada
para luego aquietar la sed en la lindeza del manantial.

He bajado al  perfumadísimo delta
recorriendo alisadas contiguas penínsulas
has alcanzar el extremo promontorio
donde luego chupar el ápice con voluptuosa vehemencia
mientras mi mirada se extasiaba en el encanto

He bajado mi cuerpo sobre la huella tuya
desahogando  lúbrica adherencia
y sigilando  los exudados vestíbulos
mientras mi lascivia penetraba  tu manantial
armonizando la anhelada  fusión

He bajado mi ardiente semen
en el fragor de tu fluyente catarata
culminando  el muto anhelo
de un deseado sello de amor
por luego pago dormirme en el abrazo

He bajado
en la cordillera de un infinito nuestro
amándote

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25 nov 2014

Quemaremos




Ardemos sumergidos en sincrónico
o por movimientos alternos
impulsivos y ávidos
en el dulce licor
del cual el deseo nuestro tiene sed.

Es sauna liquida
de nuestros sentidos encandecidos
donde lamemos lenguas desatadas
espiando visiones olorosas
siguiendo táctiles huellas
confiándonos la fugaz ansiedad

Y los besos engullen
los labios arrancan
me tienes apretado a ti
y yo te aprieto los senos
el fuego se acerca
peligrosamente.

Todavía quemaremos
saciados.



19 nov 2014

La rosa




Al comienzo fueron los caprichos de bocas audaces
en el seguirse por pillar y dar besos
luego se elevo un deseo ligero
de la voluntad, heraldo fiable y orgulloso.

Manos golosas, pacientes y crueles
acarician cabellos, desnudan velos,
brotan en si momentos hechos
escalofríos, sobresaltos y espléndidos lamentos.

Lengua sinuosa a probar cerezas duras
se acaloran las virtudes y la libido explota,
sin embargo no apaga de si tal delicia
a la flor más bella, lentamente, con deleite  abriga.

Ahora al leve telón  presente
se pone en obra en un santiamén
y como valiente mosquetero
bate golpes, actos al gozar.

El candente sable vigoroso
desafía a duelo la lasciva rosa
le persigue tenaz el placer
hasta en los antros del ardiente brasero.

Hora ya pace el sumo epilogo
sopla el fuego a saciar la hoguera.
al galope el arriar se hace eminente
del arma la caricia se hace potente.

Los sentidos se rebelan
el estro vira a la mera pasión,
y el caballero fogoso no se rinde
en batalla su honor resplandece.

Al fin, para tomar  aliento, un poco de ronroneo
pero la rosa ahora ya no más ilusa
reclama el tenaz sitiador,
que se reanime  rápido, la aliada amante.

Pero en realidad, su voluntad
quiere afectos de otra actividad,
a enfrentar tal instancia
se hace uso de la arcaica usanza.

Luego sin apagar el rehervir
el acróbata consagra al actuar
sobre el trapecio mece capaz
y esto si, que a la rosa complace.