Respiros de purpura
en el vientre de la oscuridad perfumada
Es así que agasajas
entre la esencia y la seda sabores de ti
tus manos saben existirme
Muerdes mi espíritu a la caza
surcando mi paraíso
Ansiosos ladrones son tus dedos
golosinas de besos y pensamientos
Caliente te mueves desnudas,
luz a teñir los pálpitos
latidos donde se contuercen los cuerpos
ansiosos
aclamas mis besos respiros
que horadan
el ánimo y el ardiente suspiro del éxtasis
Temblar, agitarse de ardor
de pasión, de deseo,
de gana insaciable…
Mis ojos filtran tu carne
calentándote toda,
recorriéndote toda.
Un leve pudor te acoge
pero mi cuerpo
te desnuda también de eso.
Unidos en un mórbido abrazo
tus senos palpitan
tu boca arde de amor y… yo te cojo.
Te cojo en cada modo posible
en cada ángulo de tu cuerpo,
en cada pliegue de tu piel.
Bailamos la misma música,
con el mismo ritmo
permaneciendo unidos y ansiosos.
Y aquí los fuegos colorados
explosiones de bienestar y
de placer, de apagada gana.
Permanezco así, no me voy,
no salgo de ti
permanezco aún un poco
prisionero en esta boca de fuego,
dulcemente adormecido.
De una noche para la vida
Respiro
tus semblanzas de seda
dejadas
entre las sabanas y el pensarte
Cuando
el escalofrío tuyo vestía mi piel
y abandonabas tus labios a mis ganas
Te he recordado de una luz entre los silencios
y los juegos para contarse
de abrazos de onda y fuego
Y te mordía el aliento en las mañanas
y en los refugios a tus velas al muelle
en la blanca ribera
el infringirse del mar.
Estabas tu
y en el silencio
hablaban las manos, largo
los flancos de palabras
De una noche
no queda que el olor
de un perfume en las huellas
Y en contra luz al tiempo
amor
aquí
te pienso.
Greg
Recuerdo con estupor
las olas del placer
que median la pasión
y se menguaban en un escalofrío.
Impetuoso y apremiante
servía deseos tuyos
cautivado de ojos
que navegaban lo prohibido.
El encuentro de los gemidos
es vértice de inconsciencia
que nos hunde límpidos
para hacer reemerger el pecado.
Nos infringimos al unísono
sobre el escollo satisfacción
disolviéndonos en empapados abrazos.
Excavo en tus emociones
te transformo en magia
ciega y sedienta.
No podrás mas huir
de mis manos calientes…
fundidas en tu piel.
Acaricio tu razón
rompo el silencio mientras arrimo
la cabeza en tu vientre.
Como una araña tejo tu tela
exijo tu linfa
capturo la sustancia.
Tu cuerpo deviene mío
cristal de ámbar en la roca
diluvio de crepúsculo.
En el espejo sueltas la trenza
se expande en la mañana
del balcón fragancia de jazmín.
Desentumecida perezosamente
la flexible espalda
la piel te acaricias
bajo la palma húmeda
de aceite de Argán.
La mano libera los senos
así sólidos y frescos
mientras en claro oscuro
se fijan reflejos oscuros frutos
los pezones.
Afloran los dedos
en la intima solitud
la cavidad del vientre
secundando desnudez
explorando meandros y pelusa
cercano a la seña
de una afeminada veta.
Levantas la mirada
donde arruga embellece el rostro
cruzando ojos de madreperla verde
los tuyos
languidecidos del sabio toque.
¡Cuánto placer
en estos dedos así flexuosos y mórbidos!.
Un instante
de infinito
espera loca
para una saga blanda
sin embargo
aquel sentido que envuelve
espiras tuyas…
Me desgarra,
cerrados tus brazos
a sacarme el respiro
y yo que tiemblo
me cae todo encima
se deja caer también el corsé
El tuyo acosar apaga las plegarias
y yo bamboleo
como barca al viento
entre golpes de mar y olas estoy allí, tu escollo
y el crecer el agua y la marea
me tira en vértices abismales
me siento penetrar de tus dardos
gaje sucumbo
que me invade
No te vayas todavía quiero
del placer
no tiene sentido terminar
en sufrimiento
hace tanto que esperaba germinar
desborda la bordura a los muslos
no amaines el paso
no aún…
Un instante
y el infinito me colmara
aurora
Y yo en espera escribiré
nuestra historia
ui
